viernes, 20 de septiembre de 2013

LA NATURALEZA DEL TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO

¿Qué es el TOC?

El TOC, también llamado neurosis obsesiva- compulsiva, es un trastorno de ansiedad en el cual las personas tienen pensamientos, sentimientos, ideas, sensaciones (obsesiones) o comportamientos repetitivos e indeseables que los impulsan a hacer algo (compulsiones).

Con frecuencia, la persona se comporta de cierta manera para librarse de los pensamientos obsesivos, pero esto sólo brinda alivio temporal. El hecho de no llevar a cabo los rituales obsesivos puede causar una enorme ansiedad.


El TOC puede presentar diferentes formas, pero la más común consiste en la repetición de pensamientos y/o conductas.  Los pensamientos  son normalmente  desagradables  y, a menudo,  los pacientes  saben que las conductas  que repiten son innecesarias.  Por ello intentan  parar estos pensamientos  o conductas  que realizan de forma repetitiva, pero se sienten incapaces de conseguirlo. Están obsesionados por los pensamientos  y sienten  la  compulsión  de  llevar  a  cabo  las  conductas.  De  aquí  viene  el  nombre  de “Trastorno Obsesivo-compulsivo”.

Aunque estos pensamientos  y conductas pueden a veces ser bastante extraños, debemos aclarar que tener problemas  obsesivos  no  significa  que  te  estés  “volviendo  loco/a”.  El  TOC  es  una  exageración  de pensamientos  y conductas  corrientes.  La mayoría  de la  gente  considera  que,  de vez en cuando,  tiene pensamientos  inquietantes  que no puede sacarse de la cabeza o lleva a cabo conductas repetitivas que no son realmente necesarias. Piensa en el número de personas que no puede irse a la cama sin comprobar que la puerta y el gas están bien cerrados,  aunque sepan positivamente  que sí lo están. En algunas personas este tipo de acciones  escapa  a su control  y se convierten  de alguna  manera  en un problema.  Diversas investigaciones  han demostrado  que la línea entre  obsesiones  “normales”  y “anormales”  es a menudo muy vaga. En general  consideramos  que una persona  sufre un TOC si los problemas  se han agravado tanto como para interferir en su calidad de vida. Se calcula que alrededor  del 2% ó 3% de la población tiene alguna forma de TOC, aunque no todas las personas busquen tratamiento.

Ejemplos de TOC

Descripción de ejemplos típicos de TOC:

La señora A tiene constantemente  miedo de contraer cáncer si toca a otras personas. Teme especialmente tocar a la gente que ha podido estar en un hospital donde hay pacientes de cáncer en tratamiento. Además, intenta evitar el roce con otras personas, porque cualquiera  ha podido estar con alguien que haya tenido contacto con el cáncer. Intenta, incluso, evitar salir de casa por si pudiera entrar en contacto con gente “contaminada”.  Si toca  a alguien,  tiene  que  lavarse  luego  las manos  y la ropa  a conciencia;  a veces, invierte  horas  en ello.   También  insiste  en que  su marido  e hijos  deberían  quitarse  la ropa  y lavarse concienzudamente   cada  vez  que  entran  en  casa  para  poder  sentirse  seguros.  Su  familia  cada  vez  se impacienta  más. Además,  están molestos  con ella por sus constantes  preguntas  y demanda  de detalles acerca  de dónde  han estado.  Esto lo hace porque así se asegura  de que no han estado  en ningún  sitio “peligroso”.  Ella  sabe  que  estos  miedos  son  irracionales  pero  no  pude  quitarse  la  preocupación  de contraer cáncer si no toma estas precauciones.


El señor B tiene  que comprobar  las cosas constantemente  para prevenir  algún  percance.  Salir de casa puede  costarle  una  hora.  Tiene  que  recorrer  la  casa  entera  repetidamente   para  comprobar  que  los ceniceros  no tengan ninguna  colilla encendida,  que los enchufes  estén desenchufados,  que el agua esté cerrada, que el gas esté apagado y que las puertas estén debidamente cerradas. Muchas actividades diarias tiene  que  repetirlas  cierto  número  de  veces  antes  de  poder  estar  seguro  de  que  todo  está  hecho correctamente.  En el trabajo siempre va atrasado porque tiene que comprobar  y volver a comprobar todo lo que hace por si ha cometido algún pequeño error. También en este caso sabe que sus precauciones  son realmente  exageradas,  pero  siempre  que  intenta  no  llevar  a  cabo  sus  comprobaciones   se  siente  tan incómodo que cede y vuelve a comprobar las cosas.



La señora C tiene pensamientos recurrentes sobre el deseo de herir a su hijo pequeño. Sus pensamientos a veces están desencadenados  por objetos “peligrosos”  como cuchillos o navajas y necesita esconderlos  en “lugares  seguros”  para  evitar  usarlos.  En realidad,  quiere  a su hijo  y es una  buena  madre,  pero  está constantemente  invadida  por pensamientos  que le hacen,  de alguna  manera,  temer  perder  el control  y atacarlo. Su preocupación  de que se “volverá loca” debido a estos pensamientos  ha ido incrementándose cada  vez más.  Aunque  intenta  olvidarlos,  siguen  asaltándola  varias  veces  al día.  La única  manera  de calmarse es provocándose  lo que ella llama un “buen pensamiento”,  o sea, decirse una oración a sí misma un determinado número de veces. De esta forma se alivia temporalmente,  pero los pensamientos no tardan en volver.







Síntomas del TOC

Los síntomas más comunes  del TOC están descritos a continuación.  También se explican los conceptos técnicos que se usan con más frecuencia:

•    Obsesiones o pensamientos obsesivos o rumiaciones:
Todas estas palabras se usan para describir el temor inicial o los pensamientos  desagradables.  Los miedos de la señora A  sobre el cáncer, las preocupaciones  del señor B sobre algún desastre y los pensamientos de la señora C sobre herir a su hijo, son ejemplos de obsesiones.
Hay tres formas comunes de obsesión. Pueden ser simples pensamientos, en palabras concretas, como por ejemplo “podría contraer cáncer”. Pueden ser imágenes mentales, por ejemplo, “la visión” de que sucede algo terrible. O pueden consistir en fobias de impulsión, como tener necesidad de herir a alguien. La gente está,  a  menudo,  asustada  por  la  posibilidad  de,  un  día,  llegar  a  realizar  estos  actos  impulsivos  (por ejemplo, el miedo de la señora C de herir a su hijo). En realidad, la experiencia con pacientes con un TOC nos ha demostrado que estos impulsos nunca se llevan a cabo.

Las áreas más comunes de las obsesiones son las concernientes  a la suciedad y enfermedades,  violencia, otro tipo de daños hacia la gente, sexo y religión.  Debido  a que los pensamientos  son desagradables  y terroríficos,  las personas  con TOC  se sienten  muy molestas  y ansiosas.  Lo más frecuente  es que esta ansiedad desagradable  conduzca a la persona a realizar algo para intentar sentirse mejor. Estas conductas (“rituales”)   se  describen   a  continuación.   Sin  embargo,   hay  también   algunas   personas   que  tienen obsesiones sin rituales obvios.

•    Compulsiones  o rituales
Estos términos se usan para señalar las acciones que las personas con TOC se sienten en la obligación de realizar.  Los rituales se dividen en dos tipos. Por un lado, hay conductas  que cualquiera  sería capaz de detectar  a simple vista. La limpieza  de la señora A y las comprobaciones  del señor B son ejemplos  de esto. De hecho, limpieza  y orden son dos de los tipos más comunes  de rituales  obsesivos,  aunque  hay algunos otros. A menudo, como en el caso de la señora A , la familia también se ve implicada en ellos.
El otro tipo de ritual  es mental,  como los “pensamientos  buenos”  de la señora  C. Obviamente,  nadie puede saber de ellos a menos que la persona los explique.

•    Preguntar repetidamente  hasta tranquilizarse
Algunas  personas  con  TOC  realizan  repetidamente  preguntas  (a  sus  familiares,  al  médico,  o a  otras personas) sobre los temores que en ese momento tienen porque necesitan que los demás les tranquilicen. Las preguntas  de la señora  A por los detalles  de los movimientos  de su familia  son un ejemplo  de la búsqueda de tranquilidad. A veces la gente puede también invertir tiempo intentando tranquilizarse a ellos mismos. Por ejemplo, la señora A puede repasar el día mentalmente  para asegurarse de que no ha tocado a nadie “peligroso”.

•    Evitación
A  menudo,  las  preocupaciones   están  “desencadenadas”   por  ciertas  situaciones  o  personas,  como  el contacto  con la gente  para la señora  A. La persona  con TOC en estos casos intenta  evitar situaciones parecidas con el objetivo de reducir su miedo. La evitación de la señora A de salir, o la evitación de los cuchillos de la señora C son ejemplos de ello. Estos pueden ser algunos de los síntomas más angustiosos del TOC. La vida pasa a estar cada vez más limitada  por las situaciones,  gente u objetos que se deben evitar.





Cómo aparece el TOC


Como dijimos  en la sección  1.2 la experiencia  de tener pensamientos  no deseados,  intrusivos es muy común. Numerosas investigaciones  muestran que el 90% o más de la población tiene pensamientos  como estos por lo menos alguna vez. La cuestión es, por lo tanto, por qué para alguna gente esto se convierte en un problema que se les va de las manos y llega a ser incontrolable.  Las investigaciones  están todavía en un estadio inicial, pero parece haber algunas respuestas a esta cuestión.

Primero,  parece que la gente con un TOC puede tener simplemente  más probabilidades  de llegar a estar tensa y ansiosa de lo que está la mayoría de la gente. De modo que cualquier  experiencia  desagradable puede ser peor para ellos que para los demás.

Segundo,  la gente con TOC vive, a menudo,  bajo normas  muy rígidas, particularmente  en las áreas de moralidad  y responsabilidad.  Esto significa que un pensamiento  al que la mayoría no daríamos excesiva importancia es extremadamente  desagradable o inaceptable para la persona con TOC.

Tercero,  sabemos  que  los pensamientos  desagradables  son peores  en momentos  de estrés.  El TOC,  a menudo,  comienza  especialmente  en las épocas que suponen enfrentarse  a responsabilidades  extra (por ejemplo en la pubertad, cuando se comienza un nuevo trabajo o cuando se tienen hijos). Una vez que se inicia un TOC, normalmente empeora si la persona está bajo algún tipo de estrés.

Finalmente,  sabemos  que  la  gente  tiene  preocupaciones  más  difíciles  de  controlar  cuando  está  muy estresada.

El resultado de todo esto es que la gente con TOC llega a sentirse muy angustiada  cuando tiene ciertos pensamientos.  Este malestar dificulta más aún poder evitarlos, como podrían hacer otras personas. Existe algún estudio reciente que sugiere que el intento de no pensar ciertas cosas por parte de la gente con TOC, a menudo  provoca  el efecto  opuesto.  Es un poco como  si alguien  te dice: “Ocurra  lo que  ocurra,  no pienses en elefantes rosas” ¿Qué ocurre? ¡Que inmediatamente  piensas en elefantes rosas!
Así, la gente  con TOC  que  se encuentra  atrapada  entre  graves  preocupaciones  y su incapacidad  para controlarlas, busca alguna forma de manejarlo y para ello tiende a desarrollar “rituales”.

¿Por qué los problemas continúan y empeoran?

Las conductas  que suele  realizar  la gente  con TOC  (a las que llamamos  “rituales”  –ver sección  1.4-) parecen  ser útiles  a corto  plazo.  Si no puedes  librarte  tú mismo  del miedo  a que te contagien  alguna enfermedad,  parece  lógico intentar  lavarte.  Esto probablemente  hará  que te sientas  mejor  al principio. Evitar situaciones  concretas  o conseguir  que te tranquilicen  los amigos  o la familia también te ayuda a sentirte menos preocupado durante algún tiempo. Pero estas conductas actúan contra ti a largo plazo. Hay dos razones principales para esto.

Primera:  puesto que los rituales actúan para reducir tu malestar,  pueden llegar a ser un hábito cada vez mas fuerte. Es un poco como fumar: 20 cigarrillos por día tienden a convertirse en 30 y luego en 40 y así sucesivamente.  Si te sientes mal y sabes que haciendo algo concreto te sientes mejor, es natural que lo hagas. El problema es que pronto tu vida entera está ocupada por rituales y evitaciones,  lo que te impide aprender otras formas de afrontar las preocupaciones.


Segundo, mediante el control del malestar con rituales nunca llegas a tener la posibilidad de comprobar si lo que temes es realmente  como tú crees. Por definición,  tus preocupaciones  son de algún modo poco realistas,  pero la única manera  de averiguarlo  es enfrentándote  a ellas sin rituales.  Hay un viejo chiste sobre un hombre que estaba en la calle moviendo los brazos arriba y abajo. Cuando alguien le pregunta qué está haciendo,  él contesta:  “Ahuyentar  a los dragones”.  El otro le dice: “Pero si por aquí no hay dragones”,  a lo que el primero responde:  “¿Lo ve?, eso demuestra  que funciona”.  La persona con TOC puede ser un poco como este hombre -los rituales sirven para ahuyentar dragones inexistentes-.  Lo que es realmente necesario es aprender que no hay dragones.